Melilla está perdiendo un tesoro natural aplastado por las excavadoras
Todos los esfuerzos de las últimas semanas para que las máquinas excavadoras abandonasen la ZEC de Aguadú han sido inútiles, y una de las últimas zonas vírgenes de Melilla está siendo arrasada con consecuencias ya por desgracia irreversibles.
La inaccesibilidad de la zona norte de los acantilados de Aguadú había sido hasta ahora uno de los pilares de su alto grado de conservación, con especies de flora y fauna únicas en Melilla y por ende en toda Europa. De hecho, el que este espacio estuviera incluido en la Red Natura 2000 de Espacios Naturales Protegidos de Europa reconocía el alto valor ecológico de este rincón de Melilla. Pero quizás esta inaccesibilidad ha contribuido a que gran parte de la ciudadanía melillense ignore la enorme pérdida que está sufriendo en estos momentos nuestro patrimonio natural, y quizás este desconocimiento está siendo aprovechado por las personas responsables de este desastre para autorizarlo y para perpetrarlo, y después si es posible irse de rositas sin rendir cuentas de lo ocurrido.
Coincidimos con los ejes básicos del informe sobre los daños ambientales que ha elaborado la UGR y que calcula en un 65% hasta ahora el territorio afectado por las obras. Los datos que aporta el informe sobre los ejemplares de flora más valiosos que se han perdido, como las jarillas y los palmitos, son especialmente dolorosos, pues los conocíamos bien. De hecho, en el estudio de la flora que realizó la UGR en su día y que se cita en el informe participamos varios miembros de Guelaya con nuestro querido Jose Cabo a la cabeza. Y desde entonces hemos continuado trabajando por la conservación de la fauna y flora de este espacio natural como organización y en colaboración con otras asociaciones y entidades científicas. Casi la mitad de las plantas que tenemos ahora mismo en el vivero forestal de especies autóctonas han germinado a partir de semillas procedentes de este espacio, pues para nosotras era el principal reservorio botánico de la ciudad con diferencia.
Coincidimos también con el informe de la UGR en que las máquinas han actuado al dictado de personas absolutamente carentes de conocimientos ambientales, pues la única vegetación que han respetado han sido los pinos y las palmeras, por considerar que los árboles eran lo único importante, cuando en realidad era lo menos valioso de la flora de la ZEC, y el auténtico tesoro eran las especies que integraban el matorral y los prados que han sido arrasados.
Coincidimos también con este informe en el gran error que supone que para estabilizar un acantilado se arrase la vegetación natural que crecía en su base, cuyas profundas raíces sujetaban el terreno y constituían la mejor garantía de estabilidad del pie del acantilado ante eventos climatológicos adversos como las lluvias torrenciales, que son la principal causa de derrumbes en la zona. Otro dislate, y suma y sigue.
Nuestra comunicación a la máxima representación del MITECO no parece haber surtido efecto, como tampoco parecen haberlo hecho las gestiones realizadas desde la consejería de medio ambiente. Solo queda un camino, que es el de la denuncia a las más altas instancias de Europa hasta que se pare está maldita obra y se depuren responsabilidades.
Consideramos que la obra que se está ejecutando es ilegal ya que antes de haberse iniciado debería haber sido sometida a un proceso de evaluación ambiental estratégica tal como es preceptivo en todo espacio de la Red Natura 2000. En esta evaluación se habrían especificado con anterioridad las repercusiones que tendría en las especies afectadas y cómo minimizarlas. En lugar de eso nos encontramos con una retroexcavadora que entra a saco en la Red Natura sin ningún tipo de directrices para evitar un destrozo medioambiental. Una obra ilegal que hay que denunciar en las más altas instancias.
Posiblemente, queda un largo camino que recorrer, pero estamos decidid@s a hacerlo y contamos con el apoyo incondicional de nuestr@s compañer@s de la organización estatal de Ecologistas en Acción y de su gabinete jurídico.