Agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local han detenido en los últimos días a cuatro personas por infringir el estado de alarma.
El pasado viernes se produjo una riña en el Pabellón Lázaro Fernández a la hora de repartir la comida que obligó a intervenir al vigilante de seguridad, que fue apoyado por personal de cocina y camareros. Inmediatamente entraron en acción los miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía. Tras restablecer el orden, procedieron al traslado de los dos alborotadores para su identificación: uno de ellos, menor de edad, quedó ingresado en un centro que depende de la Administración local, quedando el otro realojado en el pabellón.
Esa misma noche, una patrulla de la Policía Local identificó en las inmediaciones del Lázaro Fernández a una persona que se encontraba en la vía pública sin justificación. Se trata de un ciudadano marroquí indocumentado y sin domicilio. Según el protocolo, fue trasladado al pabellón para su acogida obligatoria, algo a lo que se negó “con una resistencia tan activa que llegó a zarandear a los agentes”, por lo que fue detenido por resistencia y desobediencia grave a agentes de la autoridad.
Poco después, varios internos del Pabellón Lázaro Fernández fracturaron parte del techo para acceder a la calle a través de los conductos de ventilación. Uno de ellos fue detenido por una patrulla del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional cuando ya estaba en la zona del centro.
«Ojalá te coja el corona»
El domingo, una patrulla de la Policía Local identificó en el barrio de la Victoria a un marroquí de 20 años sin domicilio. Cuando también pretenden trasladarle al pabellón, se niega, diciéndoles a los agentes “ojalá te coja el corona”, resistiéndose de forma activa y grave, por lo que acaban deteniéndole. A este joven le consta una reclamación por un Juzgado de Málaga para su ingreso en prisión.
Por otra parte, dos patrullas del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional han detenido a un ciudadano de 21 años de nacionalidad española que circulaba por la Carretera Hidúm y desobedeció el alto policial de una de las patrullas. Aunque se dio a la fuga, fue interceptado y detenido en la calle Larache. Con cinco detenciones anteriores, ya ha pasado a disposición judicial.
En el cacheo superficial se le ocupó una navaja de 16 centímetros de hoja y un trozo de una sustancia que, al parecer, es hachís. Se apunta que “algunos vecinos se solidarizaron con el delincuente e increparon a los policías, lanzándoles piedras desde las azoteas colindantes”. Poco después se comprobó que el vehículo que conducía había sido sustraído.