Amín Azmani acusa al Gobierno local de “despilfarrar” dinero público en “comilonas y copas de vino” y de elegir “a dedo” a las empresas adjudicatarias, impidiendo a otros empresarios entrar a concurso.
El líder de Somos Melilla critica al Ejecutivo local su transparencia con los melillenses, calificándolo de “opaco”.
Asegura que 9 de cada 10 contratos menores no se publicitan.
Ambas formaciones han intercambiado acusaciones y amenazas de llevar la disputa al juzgado.
Por su parte, el presidente local, lo ha acusado de haber estado imputado por comprar votos, de esconder los datos financieros del grupo mixto y de ser “un demagogo barato”.