Coalición por Melilla insta al Gobierno local a introducir un cambio en el modelo de gestión de residuos para incorporar un sistema “más amable con el medio ambiente” y ajustado a la Agenda 2030. Solicita que se retome el proyecto iniciado en la legislatura anterior y que contaba con el beneplácito del Gobierno central. Una iniciativa que José Ronda señala que no se continuará porque “no se piensa cerrar la incineradora”.
Rachid Bussian ha denunciado que la planta es una infraestructura “altamente contaminante” y cree que la Ciudad Autónoma tiene una deuda con los vecinos del Monte María Cristina que, la semana pasada, registraron una propuesta en la Asamblea para solicitar una actuación integral para mejorar los servicios que se ofrecen en esta barriada.
José Ronda ha determinado que el Gobierno de Juan José Imbroda no tiene intención de continuar con el proyecto que se inició en la legislatura anterior en el que se preveía el cierre de esta instalación. Durante su intervención el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza ha defendido que en los análisis realizados por Remesa se ha constatado que todos los parámetros se encuentran dentro de los estipulado en la normativa vigente y que en toda Europa existen unas 504 centrales similares a la que hay en Melilla.
El cepemista insiste que la incineradora está “más que amortizada” y considera que “no es de recibo” que uno de los barrios con mayor densidad de población de Melilla soporte convivir diariamente con los malos olores y los ruidos de una planta “obsoleta”, que el Ejecutivo de la Ciudad defiende enumerando unas supuestas “bondades”. Vecinos que, además, denuncia Bussian cuentan en su núcleo una antena de radiofrecuencia, un helipuerto militar, el cementerio y el centro penitenciario.
Instalaciones que, asegura Ronda, no se pueden cerrar y que precisamente pudieron haber sido trasladadas a una nueva ubicación si desde la oposición se hubiese apoyado el proyecto de ampliación del puerto cuya inversión se ha disipado en el Presupuesto General del Estado.
Una medida que, defiende el popular, hubiera contribuido a la riqueza y el crecimiento económico de Melilla eliminando industrias insalubres como la planta de Endesa o la incineradora del casco urbano.