De “patético” ha calificado Miguel Marín el discurso de ayer del presidente de la Ciudad con motivo del Día de Melilla. El secretario general del PP local asegura que fue “plano” y que estuvo “vacío de contenido”. Añade que como melillense se siente “avergonzado” y remarca que es “preocupante” que en una fecha tan importante como es el 17 de septiembre Eduardo De Castro no haya presentado a los melillenses “ni una sola propuesta” con la que mejorar la ciudad y la calidad de vida de los ciudadanos.
No obstante, el popular reconoce que no le extraña este hecho por cuanto el presidente de la Ciudad, y también coordinador de Ciudadanos, se presentó a las pasadas elecciones de mayo sin un programa para Melilla, algo que no ha hecho todavía pese a llevar ya 3 meses en el Gobierno.
Centrándose en el fondo discurso, Marín no entiende por qué el presidente de la Ciudad presumió ayer cuando dijo que los melillenses habían hablado en las urnas el 26 de mayo cuando lo que ocurrió aquel día, explica, es que los ciudadanos respaldaron el proyecto del PP que fue el partido que obtuvo más votos. El popular le recuerda a De Castro que fue el político “menos votado de todos los que conforman la Asamblea” y que su grupo -Ciudadanos- estuvo a 200 votos de desaparecer.
Tampoco entiende el secretario general del PP de Melilla que De Castro hable de humildad cuando es algo de lo que él carece. De ser así, Marín sostiene que hubiera rechazado ser presidente de la Ciudad con un solo diputado, algo, dice, que no ocurre nunca salvo por transfuguismo.
El popular va más allá y aprovecha para preguntarle al presidente de la Ciudad qué medidor ha utilizado para asegurar que los melillenses están mucho más alegres en estos primeros meses del nuevo Gobierno. Marín, que apunta que el único que puede estarlo es el propio De Castro por el sueldo de 7.000 euros al mes que se ha puesto, le insta al jefe del Ejecutivo local a qué se lo pregunte a los comercios del entorno de la frontera y a las pequeñas y medianas empresas.
Para finalizar, desde el Partido Popular se arremete contra De Castro por cómo procedió a dar lectura a un discurso que, se señala, fue plano, y carente de entonación.