Navidad 2019. Discurso institucional del presidente de Melilla, Eduardo de Castro
En este tradicional mensaje del 24 de diciembre, es esta la primera vez que entro en sus hogares, negocios o puestos de trabajo como presidente de la Ciudad.
Y es por ello que, sin más dilación, y en una ciudad de culturas como la nuestra, quiero comenzar deseándoles feliz Navidad y feliz Janucá.
Melilla, ciudad de culturas, es ejemplo de solidaridad y de convivencia; de riqueza humana, al fin y al cabo, que es una de las mayores aspiraciones que puede alcanzar cualquier sociedad.
Y si eso es Melilla, estas fechas son sinónimo de encuentros y reencuentros. De familia. De amigos. De conversación y de reflexión. De recuerdos. Y, por qué no decirlo, también de balance.
Encaramos la última semana de 2019, un año de cambio, el año del cambio en nuestra ciudad. Porque, después de casi dos décadas, los melillenses dijeron, con sus votos el pasado 26 de mayo, que apostaban por otra manera de hacer ciudad. Que querían que el dinero público, los recursos de todos, se gestionaran de otra forma. Que donde antes había mayorías absolutas, o casi, era necesario dejar paso a un Gobierno que representara mejor los intereses de todos los melillenses.
Que liquidadas las mayorías absolutas de antaño, hay que abrir espacio al diálogo y a la negociación. A personas y partidos con diferencias, sí, pero también con objetivos comunes para trabajar por el bien de todos y dejando patente que es más, y más fuerte, lo que nos une que lo que nos separa.
Frente a la incertidumbre de la política nacional, y aún sin la certeza de que se vaya a poder conformar Gobierno sin tener que acudir a unas terceras elecciones, en nuestra ciudad Coalición por Melilla, Partido Socialista y Ciudadanos nos unimos para trabajar y demostrar que hay otra forma de gestionar esta maravillosa ciudad. De trabajar por la gente. De hacer política.
Eso es lo que nos pidieron, lo que nos pedisteis, y en eso estamos.
Seguro que en estos primeros meses hemos cometido errores. No lo niego. Les aseguro que no fueron intencionados y que haremos todo lo posible para que los aciertos sean la seña de identidad del Gobierno que tengo el honor de presidir.
Y no es excusa. Pero en las últimas semanas este Ejecutivo, al igual que el de Ceuta, nuestra Ciudad Autónoma hermana, sufrió un fuerte varapalo en forma de sentencia del Tribunal Supremo. Un asunto que empezó a gestarse hace años y que ha tenido su resolución a finales de este 2019. Es decir, un asunto que venía de atrás, de bastante atrás, y que nos ha dado de lleno a nosotros.
Aunque no estamos de acuerdo con el fondo de la sentencia, en un Estado de Derecho es nuestra obligación acatarla. Y así lo hicimos. Primero cesando a los consejeros y viceconsejeros no electos, a quienes desde aquí quiero reiterar mi agradecimiento y reconocimiento por el trabajo realizado. Por ello fue imperativo reestructurar el Gobierno.
Fueron días duros e intensos. De informes de los técnicos, de los servicios jurídicos de la Ciudad, de reuniones casi permanentes. Pero ni siquiera en esas circunstancias tan adversas dejamos de gestionar el día a día de esta Administración. Muy al contrario.
Y es por ello que pueden estar ustedes seguros de que el Gobierno recién reestructurado es ahora aún más fuerte. Más compacto. Más unido.
Los Presupuestos de la Ciudad para 2020 están en marcha para que sean aprobados lo antes posible por el Pleno de la Asamblea.
Hablando del nuevo año que está a punto de llegar: tenemos ante nosotros retos tan importantes como disminuir el paro, luchar contra la pobreza, la marginación, contra esa lacra abominable que es la violencia de género, reflotar el comercio, potenciar el turismo y las comunicaciones, mejorar las infraestructuras, el medio ambiente, cuidar la seguridad, la frontera, hacer la mejor gestión posible en lo que a los menores se refiere…
Y si ampliamos el foco a nuestro país, haremos todo lo posible por tener un Gobierno estable, que, además, no olvidemos, es responsable, entre otros asuntos, de la educación y de la sanidad en Melilla.
Es necesaria la cooperación en todos los asuntos. Cooperación que también ha de venir, por supuesto, desde la oposición. Una oposición responsable y con altura de miras es fundamental en cualquier democracia.
Jóvenes y mayores. Trabajadores y desempleados. Hombres y mujeres. Trabajamos por y para vosotros.
Musulmanes, judíos, hindúes y gitanos, sabemos que compartís con nosotros estos días de fiestas cristianas, al igual que nosotros, de corazón celebramos las vuestras con vosotros.
Tenemos por delante días festivos y todo un año de intenso trabajo y esfuerzo. Un 2020 en el que nuestro Estatuto de Autonomía cumple 25 años.
Antes de terminar permítanme que en una noche como esta tenga un saludo especial para todos aquellos colectivos que, con gran responsabilidad, renuncian a su disfrute para cuidar de nosotros. Policía Nacional, Guardia Civil, Fuerzas Armadas, Policía Local, Bomberos, Protección Civil, 112, Prisiones, personal sanitario, periodistas, taxistas, camareros y operarios de limpieza… y todos aquellos, en definitiva, que se desviven por nosotros, por todos.
Mi reconocimiento también a las personas con discapacidad que hacen un ejemplo de su día a día. Y un abrazo entrañable a quienes desde una cama o un hospital buscan recuperar la salud perdida. También un recuerdo muy especial para quienes por su situación económica, personal o familiar no pueden disfrutar de estas fechas.
Y gracias a todos los que en 2019 habéis llevado, con orgullo, el nombre y la bandera de Melilla por España y el resto del mundo. Sois, recordadlo siempre, nuestros mejores embajadores.
Que 2020 sea un año repleto de buenas noticias.
Que el inmovilismo, la agresividad, el insulto y la soberbia se queden en el pasado.
Que la esperanza y las grandes aspiraciones marquen el camino iniciado.
Vamos a soñar juntos porque se puede. Y vamos a esforzarnos por lograr la ciudad que os merecéis.
Entre todos vamos a hacer una Melilla mejor. Os doy mi palabra. Os deseo una feliz Navidad y unas felices fiestas