Finaliza el mes de enero “y sin haber llegado al pico de la tercera ola” de la pandemia, desde la Junta Directiva del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla (ICCOM) se determina que los números “se acercan peligrosamente a los peores momentos de la segunda”. La situación, se subraya, es muy preocupante “y entre los sanitarios no dejan de sonar las alarmas”.
Se resalta que el continuo incremento en el número de casos ha supuesto una sobrecarga asistencial cada vez más difícil de asumir, con ingresos hospitalarios que no cesan y una ocupación de camas UCI por enfermos COVID-19 “que roza diariamente el cien por cien”. De hecho, se advierte de que “el colapso sanitario es inminente si la incidencia acumulada sigue su ascenso”, pero no se entiende que se desconozca “cuál es el plan B”.
Desde el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla se exige a las autoridades responsables que adopten las medidas oportunas para frenar los contagios y, a nivel sanitario, un plan de actuación que garantice la atención adecuada a todos los pacientes que lo precisen –ya sean COVID positivo o no- “ya que, como profesionales y como ciudadanos, nos será muy difícil soportar más muertes derivadas de una cuestionable gestión de la pandemia”.
De igual modo, se pide a la ciudadanía que se respeten las medidas de prevención y protección frente al COVID-19: distancia social, mascarilla y lavado de manos, “así como un autoconfinamiento responsable en la medida de lo posible”. Además, se insiste en que se debe hacer un uso racional de las urgencias hospitalarias, “reservadas para situaciones de riesgo vital y enfermedades graves y agudas y no para patologías leves que pueden ser atendidas en otros niveles asistenciales”.