El presidente del Comité de Huelga del personal médico de Melilla, Justo Sancho-Miñano, celebra la marcha de la ministra Carolina Darias de la cartera de Sanidad y guarda la “esperanza” de que el nuevo titular, José Manuel Miñones Conde, “se tome más en serio las reivindicaciones de Ceuta y Melilla”.
Lamenta que la socialista haya provocado “una de las crisis sanitarias más importante de nuestra historia” y tilda de “decepcionante” la respuesta que ha recibido a la carta que la semana pasada remitió a la ministra en la que se centra en que “las infraestructuras de Ingesa van por el buen camino” y no atiende a los reclamos de los colegios de médicos de las dos ciudades autónomas sobre las condiciones laborales del personal, solicitando un aumento de la plantilla, formación o jornadas de 35 horas semanales.
Afirma que en ninguna de sus visitas “ha tenido a bien” reunirse con los representantes del personal del Hospital Comarcal y ha seguido siempre “el mismo modus operandi” en el que “le han paseado, le han invitado a comer, le han dicho que todo va bien y se va”.
Adelanta Sancho-Miñano que se va a volver a enviar estas mismas reivindicaciones al nuevo ministro de Sanidad ya que los médicos de Melilla quieren seguir manteniendo esta huelga indefinida porque “un sitio sin sanidad es un sitio sin futuro”.
Reconoce que “no espera nada” del Grupo de Trabajo que se reúne esta semana en Madrid porque el Instituto de Gestión Sanitaria solo crea este tipo mesas con el objetivo de “diluir las justas reivindicaciones” de los profesionales de la salud.
Desgrana que en una ciudad como Melilla con 86.000 habitantes solo tiene dos cardiólogos, dos radiólogos, un oncólogo y cinco ginecólogos. Un “drama” que viven los pacientes que “se van a encontrar con problemas como si el personal estuviera en huelga sin huelga”.
Finalmente, Sancho-Miñano indica que desde Ingesa se pretende “hacer magia con las cifras” para tratar de hacer ver que la huelga “no tiene repercusión” cuando la realidad es que diariamente se están cancelando entre 400 y 600 consultas y numerosas intervenciones con anestesia general.
Critica que aún se está a la espera de que el director territorial “asome la cabeza”; considera “indignante” que un médico que ha trabajado en el hospital y al que “se supone cierto compañerismo no haya tenido la decencia, la valentía y la gallardía” para hablar públicamente sobre este asunto y concluye que “si un cargo es una carga, que se aparte”.