La huelga continúa ante el abandono total y la falta de respuesta del Gobierno
El pasado 9 de marzo los médicos de nuestra ciudad iniciamos una huelga para intentar salvar el sistema sanitario de Melilla. Casi cuatro meses después, después de intentar negociar con la Administración en innumerables ocasiones, nada ha cambiado. O sí, porque la situación es aún peor. Seguimos perdiendo talento, cada vez son más los facultativos que deciden cambiar de destino porque las condiciones de trabajo, con exceso de horarios y falta de medios, les impiden ejercer su profesión con normalidad y atender al paciente con la calidad que se merece. En este tiempo, el Instituto de Gestión Sanitaria, el Ministerio de Sanidad y el Gobierno central no han hecho nada de nada por buscar soluciones. Por ello, la huelga continúa.
De momento, la Atención Especializada, 061, SUAP y Atención Primaria seguirán reivindicando su derecho a la huelga hasta el 31 de julio, pero podría prolongarse en el tiempo si el nuevo Gobierno salido de las urnas no aporta soluciones. La huelga continúa, seguiremos cumpliendo con los servicios mínimos y todos los miércoles a las once de la mañana nos concentraremos a la puerta del Hospital Comarcal para que nadie olvide que nuestra sanidad está en la UCI. Pedimos disculpas por las consultadas aplazadas y el aumento de las listas de espera, pero los culpables están más arriba, en Madrid. No se puede matar al mensajero que está avisando del posible derrumbe del castillo de naipes que es la gestión sanitaria en nuestra ciudad autónoma.
Es evidente que la Administración central ahora está en modo electoral, en plena campaña, y no tiene entre sus prioridades solucionar los problemas de la sanidad melillense. No lo han hecho desde Madrid y tampoco han intercedido sus dirigentes en Melilla.
Hemos llamado a todas las puertas, con talante e intención de dialogar, pero sólo hemos recibido rotundas negativas por respuesta. La conversación con el director territorial de INGESA, don Omar Haouari, ha sido imposible. La distancia con sus compañeros de profesión, con los médicos con los que ha compartido hospital durante años, es insalvable por su parte. Desde las alturas, parece, no se aprecian los problemas que antes observaba a diario. Difícil de entender. Y sus jefes en Madrid, con Belén Hernando a la cabeza, pasan. Melilla no les preocupa, estamos demasiado lejos y su único objetivo es seguir consolidando puestos innecesarios en la capital que poco o nada saben de sanidad. Viendo los antecedentes, y a tenor de lo desvelado en algunos medios, nos tememos lo peor en la equipación técnica y dotación de personal del nuevo hospital.
No está de más recordar que se intentó negociar con doña Carolina Darias, por aquel entonces ministra de Sanidad. Estaba de salida, pensando en cómo conseguir la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria y se excusó diciendo que todo estaba bien y que el objeto de la demanda, nosotros hablamos de sanidad, no competía a su Ministerio de Sanidad. ¡Curioso! Por cierto, se ha intentado lo propio con su sucesor, don José Manuel Miñones, que ni siquiera se ha dignado en contestar. Está en otras cosas y no le interesa lo que ocurre en este rincón de España.
Ante la inacción manifiesta de los responsables de la gestión, hemos remitido cartas al presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez, y al defensor del Pueblo, don Ángel Gabilondo. ¿Saben cuál ha sido su respuesta? Ninguna, silencio. No es justo que ignoren a más de 86.000 melillenses con un problema que se va agravando más y más con el paso de los días. Es su responsabilidad garantizar la igualdad entre españoles, independientemente de que haya más o menos kilómetros con Moncloa.
La excusa de la distancia, eso sí, no sirve ni para la delegada del Gobierno, doña Sabrina Moh, ni para la secretaria general del PSOE en Melilla, doña Gloria Rojas. Son melillenses, nosotros somos sus médicos y no han hecho absolutamente nada para mejorar la atención que se les presta a ellas y a sus vecinos. Moh se ofreció a mediar en el conflicto, pero, más allá del ofrecimiento, no ha hecho nada de nada. Es la representante del Gobierno de España en la ciudad y como tal tiene que actuar. Esto también es su responsabilidad, va en el sueldo. Y su compañera de partido, que en más de una ocasión ha manifestado que es enlace de Melilla con el Gobierno, tampoco ha movido un dedo. Señora Rojas, ¿de qué sirve ese hilo directo con el presidente si no mejora la vida de sus conciudadanos? Hagan algo si es verdad que les interesa su tierra.
Pero no nos engañemos, nuestras esperanzas en estos momentos son escasas, por no decir nulas. Sabemos que ahora todo se mide en rédito electoral y debe ser que la salud de los melillenses no da votos. Esperemos que, a partir del 23 de julio, esté quién esté, se ponga a trabajar de verdad porque nos estamos quedando sin médicos, porque hay especialidades sin cubrir o en cuadro, porque los turnos de guardia siguen siendo abusivos y por encima de lo estipulado…, porque, en definitiva, nuestra sanidad no está a la altura de lo que se le presupone a este país. Si en pandemia pedían desde el Gobierno que saliéramos a los balcones para aplaudir a los sanitarios, nos llamaban héroes…, ahora nosotros, los sanitarios, les pedimos al Gobierno mejoras para nuestra sanidad. Sean consecuentes.
Comité de Huelga