El Consejo de Europa ha solicitado a España que revise la cooperación con Marruecos en el control de las fronteras y que suspenda toda actividad común que conduzca a violaciones de derechos humanos.
Según ha publicado la agencia EFE, en un informe la comisaria de derechos humanos, Dunja Mijatovic, se muestra “particularmente dura en su diagnóstico de los hechos” y reclama cambios radicales en la gestión de la inmigración en Melilla y Ceuta.
Insiste en que “las expulsiones en caliente tienen que cesar” en favor de “una práctica que haga compatible el control de fronteras y los derechos humanos” y subraya la importancia de que ese control se haga con transparencia y rindiendo cuentas.
Considera que es necesario que se mejoren los canales para presentar demandas de asilo en consulados y embajadas, facilitando el acceso para que los interesados en hacerlo llegaran hasta las oficinas que España tiene en los puestos fronterizos de Ceuta y Melilla. Algo que, determina, podría reducir las tentativas de cruce irregular de la valla.
Una conclusión a la que llega a raíz de la conversación que tuvo con el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, en la que el responsable explicó que la mayor parte de las demandas que se registraron en el puesto de Beni Enzar, eran de personas que habían llegado a España de forma irregular.