La dirección del Olympic Center Gym expresa su “más profunda consternación y repulsa” ante los hechos investigados por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Melilla en los que se señala a un extrabajador como presunto autor de varios delitos contra la intimidad y coacciones a mujeres. Asimismo, anuncia que estudia personarse como acusación particular, al tiempo que colabora con las autoridades para el «esclarecimiento de lo sucedido».
Se explica que la relación del individuo con el gimnasio comenzó con sus prácticas de Técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD) y que, posteriormente, fue contratado como monitor. Se hace hincapié en que esa persona no trabaja en las instalaciones deportivas desde hace mes y medio “por razones que no están relacionadas con los supuestos hechos delictivos” y que después de su despido “no ha vuelto a tener acceso” al gimnasio.
La investigación arrancó en septiembre cuando varias mujeres denunciaron haber sido incluidas sin su consentimiento en chats de índole sexual en los que aparecían imágenes y vídeos suyos tomados mientras realizaban ejercicio físico. Se comprobó que el autor de los hechos utilizaba varias líneas de teléfono para acosar a mujeres ocultar su identidad. Tras el rastreo correspondiente, se determinó que se trataba de una persona cercana a las víctimas, concretamente de un trabajador del gimnasio que accedía al número de teléfono de las mujeres por el registro en la base de datos del centro deportivo.