El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla (Icomme) se pronuncia sobre la reciente adquisición de un robot valorado en 2,1 millones de euros para el nuevo hospital. Apuntando que, “en principio”, es un gran avance para la ciudad “poder disponer de un robot para cirugía mínimamente invasiva asistida por ordenador”, se matiza que “llama poderosamente la atención” la gran inversión que se está realizando en equipamientos para el nuevo centro hospitalario, “no por innecesarias, sino porque no se acompañan en absoluto de un plan para afianzar ni atraer médicos que puedan utilizarlos”.
A modo de ejemplo se refiere al “puntero” hospital de La Fe de Valencia, que hace menos de seis meses instalaba el mismo equipo y anunciaba que se espera poder aplicarlo en hasta 500 cirugías anuales “una vez se supere la curva de aprendizaje”. Se ha establecido un programa formativo de cirugía robótica para todos los profesionales implicados en el uso de esta nueva tecnología, por lo que “cada cirujano debe realizar ejercicios de simulación específicos, visitar centros de excelencia, acudir a un centro acreditado para realizar un examen y obtener el certificado de capacitación, pero nada de lo anterior está en marcha para el caso de Melilla”. Se puntualiza que, “de hacerse ahora, ya llegaría con retraso”.
Añade que el robot Da Vinci Xi requiere suscribir un contrato de mantenimiento anual, cuyo presupuesto ronda los 200.000 euros anuales, “si nos atenemos a lo publicado en la plataforma de contratación del Estado”, de ahí que se asegure que se trata “de un gran negocio a corto plazo, pues su uso será mínimo”.
Finaliza el comunicado del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla que “el ingente gasto en equipamiento no se acompaña de la adecuada previsión de personal médico”. El servicio que más podría beneficiarse del robot en cuestión es Urología, “pero está en cuadro” al contar con tan sólo dos facultativos y uno de ellos mayor de 65 años. Además, sólo hay cinco anestesistas “y tres son mayores de 55 años”. Aclarando que “los médicos no van a venir a nuestra ciudad por los equipamientos mientras las condiciones de trabajo no mejoren y puedan desarrollarse profesionalmente”, se subraya que “a escasos meses de la apertura del hospital, la incertidumbre es máxima”.
“El Instituto Nacional de Estadística (con datos de 2021) ya nos situaba a la cola en tasa de médicos por habitante en España y, según el Ministerio de Sanidad, somos los últimos en médicos asistenciales en hospitales. Años sin atender las demandas de los facultativos nos han traído a esta situación, y condenan a Melilla a una sanidad pública sin futuro si INGESA no actúa ya. El robot Da Vinci llega condenado al ostracismo y los responsables de ello siguen en sus puestos”, concluye.