El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla traslada la “alarmante situación” que atraviesa el servicio de Ginecología del Hospital Comarcal “y que puede llevar al colapso si no se toman medidas en los próximos días”.
Se comunica que en marzo se pasará de seis a cinco ginecólogos, “lo que repercutirá severamente sobre los profesionales y las pacientes, haciendo inviables las guardias físicas”. Pero incluso se perfila una situación peor, “porque desde hace más de un mes uno de los ginecólogos está de baja, una baja que no se ha cubierto”, por lo que, de la plantilla actual de seis profesionales, sólo cinco están de alta ahora mismo y uno de ellos se marchará en marzo. Se insiste en que con cuatro médicos “será inviable hacer módulos de presencia física”.
“Dada la situación”, se abordaron soluciones con la dirección del hospital, como traer profesionales de refuerzo para hacer las guardias y liberar a la plantilla localizada en Melilla, “tal y como se ha hecho en otros servicios”, pero por ahora la dirección central del Ingesa en Madrid no lo ha aprobado.
Se remarca que “lo preocupante” es que esta crítica situación se adelantó hace más de un año, “porque se supera el número legal de horas trabajadas e incluso está certificado por Inspección de Trabajo, pero siguen sin llegar las soluciones”. Esto ha provocado que el cansancio y el estrés sea una constante en los médicos del servicio de Ginecología. Se añade que la tesitura actual hace imposible la conciliación familiar y social, “con facultativos que no tienen derecho a ponerse enfermos y que, sin duda, sufren el síndrome de burnout (trabajador quemado) por la cronificación del estrés laboral”.
El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla se pregunta si el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria está dispuesto a solucionar esta situación “o pretende cansar a nuestros médicos para que también se marchen de la ciudad”.