El Partido Popular ha hecho balance hoy del primer año de gestión del Gobierno tripartito, doce meses que para el principal partido de la oposición han puesto de manifiesto que estamos ante el Ejecutivo de la degeneración democrática, la opacidad, el oscurantismo y la falta de proyectos para Melilla.
Para Miguel Marín no hay mayor ejemplo de degeneración democrática que el hecho de que Eduardo de Castro sea presidente de la Ciudad con el menor apoyo posible de los melillenses, lo que supone una “patada” al espíritu democrático de respetar la voluntad mayoritaria del pueblo. El secretario regional del PP no entiende tampoco que un año después el Ejecutivo siga sin programa de gobierno.
El popular ha tirado de hemeroteca para enumerar los múltiples enfrentamientos registrados en el seno del Gobierno durante el primer año de legislatura. A la ausencia de CpM a los actos conmemorativos del 17 de septiembre ha sumado Marín la controversia suscitada en torno al Aid El Kebir o la prórroga del contrato de servicio del centro de menores. A su juicio, los partidos que conforman el Gobierno han estado más tiempo peleando que generando proyectos nuevos para la ciudad.
Las “peleas” entre la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno tampoco son propias, según Miguel Marín, de un Ejecutivo “serio”. Para el principal partido de la oposición este año de gestión ha dejado al descubierto el “oscurantismo, la opacidad y falta de transparencia” del Gobierno tripartito, que se ha dedicado a perseguir a las organizaciones que “no rinden pleitesía” a Mustafa Aberchan y CpM.
Además de criticar que se hayan parado proyectos tan importantes como la rehabilitación del edificio de Correos, la implantación de nuevas titulaciones o la construcción de un pantalán de cruceros, el PP acusa a Eduardo de Castro de haber jugado con la salud de los melillenses al parar la compra de test rápidos hasta en dos ocasiones, al asegurar que había material suficiente y al adquirir mascarillas sin contar con el visto bueno de Salud Pública. Para el Partido Popular, la única responsable de que Melilla tenga a día de hoy un Gobierno “incompetente” y que genera “inestabilidad e incertidumbre” es la secretaria regional del PSOE local, Gloria Rojas.