El Partido Popular exige dimisiones y que se depuren responsabilidades políticas por el hecho de que miembros del Gobierno local, al parecer de CpM, asistieran a una boda que se celebró el pasado día 31 de diciembre “sin el más mínimo control de seguridad”, mientras que los contagios por coronavirus se disparan en la ciudad. El principal partido de la oposición espera una reacción contundente por parte de la Consejería de Salud Pública ante la “gravedad” de este asunto.
En nota de prensa, el PP critica que miembros del Ejecutivo local se hayan saltado las restricciones sanitarias en el enlace matrimonial de un cargo de confianza de un miembro del Gobierno, a pesar de haber castigado, con las medidas implantadas, a las familias melillenses y al sector de la hostelería durante las fiestas navideñas.
El Partido Popular insiste en que, mientras el Gobierno de la ciudad endurece en los últimos días del año las medidas de control sanitario para las reuniones familiares y la hostelería, sus representantes “no tienen empacho en participar, en un gesto de grave irresponsabilidad y desprecio a la ciudadanía, en una celebración festiva sin el más mínimo control de seguridad”.
A juicio de la formación local, las imágenes del evento, “nada ejemplarizantes e ilustrativas”, ponen de manifiesto la ausencia de control sanitario y considera que constituyen una afrenta a la ciudadanía “sometida al rigor de las restricciones y al drama de los contagios”. Asegura que han generado una importante corriente de indignación entre la población melillense.
El PP lamenta que “quienes nos representan y tienen el deber de promover nuestra protección y, por supuesto, cumplir y hacer cumplir las normas, hagan saltar por los aires las precauciones exigidas al común de la población, contribuyendo con ello, seriamente, al riesgo de propagación de la enfermedad”.
El Partido Popular critica que, no solo que el Gobierno actúa a golpe de impulso e improvisación, sino que ahora, además, demuestre una total falta de respeto a la ciudadanía, sus empresas y sus familias, que están soportando los rigores de la crisis y la emergencia sanitaria, mientras incurren en una “imperdonable irresponsabilidad en plena pandemia”.