En el marco del Día Internacional de los Trabajadores, el Sindicato Independiente de Melilla (SIM) denuncia que el sector de la seguridad privada se ha convertido en “una subasta a la baja” en la que “siempre pierden” los vigilantes.
Sosteniendo que se trata de un gremio “explotado por unas empresas que ofertan a la baja para recuperar sus beneficios a base de triquiñuelas”, el SIM asegura que “más culpables” son las entidades que con dinero público contratan estos servicios conociendo las condiciones de sus trabajadores. Señala, asimismo, el esfuerzo físico de las jornadas de los vigilantes, cuyos descansos se encuentran “fuera de cualquier precepto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Apunta que, aparte del salario y el número de horas, “los constantes incumplimientos de las empresas y la burocracia convierten al sector en indigno como trabajo del siglo XXI”, ya que, “mientras se denuncia ante la Inspección de Trabajo y llega la sanción, han finalizado los servicios a realizar”.
Insta a la Administración pública a que “se siente a recapacitar en cuanto a exigencias a los empresarios”.