El Sindicato Independiente de Melilla (SIM) ha denunciado el lamentable estado en el que se encuentran las instalaciones en las que los vigilantes de seguridad de las dependencias municipales de la Ciudad Autónoma de Melilla (CAM) tienen que desempeñar su trabajo.
Como ejemplo, se alude al servicio que se presta en el Parque Hernández donde los trabajadores llevan más de seis meses sin luz en la caseta donde tienen que hacer los partes. Se asegura, además, que el botiquín está vacío, que no hay extintor de incendios, a pesar de contar con instalación eléctrica, y que no cuentan con un aseo específico y tienen que usar los aseos públicos.
Respecto al Parque Lobera, el sindicato señala que, aunque se ha invertido una gran cantidad de dinero en su remodelación, no hay contemplada la creación de una nueva caseta para los agentes de seguridad. Puntualiza que se ha mantenido la existente: una caseta de seguridad de madera con 15 años de uso, con muchas de las ventanas tapadas con maderas o plásticos y con la cerradura remendada en numerosas ocasiones.
Del mismo modo, se apunta que en las casetas de madera destinadas a los vigilantes de seguridad del Parque Forestal se filtra el agua cuando llueve y tienen que ser cerradas con candado debido a que como consecuencia de su deterioro son muy fáciles de abrir desde el exterior.
En esta misma línea, el Sindicato Independiente de Melilla califica de “sangrante” la situación que se está dando en el centro de menores de la Purísima. Señala que los vigilantes no cuentan con aseos y deben hacer sus necesidades allí donde algún trabajador del centro les de permiso, incluso en los propios módulos de los menores. Se asegura que el acceso de entrada tiene un olor “nauseabundo” y que, en muchas ocasiones, los vigilantes se ven obligados a tener que orinar en la pared exterior del recinto, sobre todo en horario nocturno.
Se destaca también que haya varias cámaras de vigilancia estropeadas en el centro desde hace mucho tiempo y que nadie las arregle, impidiendo así poder realizar un trabajo efectivo. Además, critican que el personal de seguridad no cuente con material antidisturbios y que los vigilantes se lleven sus propios walkie-talkies porque la empresa no arregla los del recinto.
En cuanto al Centro de Menores Infractores del Baluarte, el sindicato comenta que, entre otras muchas cosas, hay una sala de cámaras llena de cables que se inunda con la lluvia, poniendo en peligro a los que tienen que desempeñar allí sus funciones.