El Sindicato Independiente de Melilla (SIM) asegura que el personal de vigilancia del Centro de Menores La Purísima teme «por su vida y por la de las personas que allí cohabitan cada jornada laboral”. Así lo han manifestado tras los altercados que se han producido este fin de semana. «Se han quemado hasta tres módulos y ha habido muchos enfrentamientos entre menores», explican.
El sindicato asegura que estas acciones han aumentado después de que Arquisocial, concesionaria del cuidado, educación y mantenimiento de los menores, sepa que deja de prestar servicios en el recinto a partir del próximo día 11 de diciembre.
Francis Aguilera, representante del personal de Sureste explica que “los vigilantes solo pueden ir de apoyo a los educadores en caso de conatos de agresividad, y posteriormente actuar si se ha producido alguno pero nunca disuadir la situación ante el menor porque la propia Ley del Menor lo prohíbe y deja el peso de la acción en el personal cuidador y educador del centro”, lo que considera como “un problema añadido cuando no hay educadores de por medio en un conato de agresividad”.
Desde el SIM aegura que «hay menores a los que se les da permiso para salir del módulo a altas horas de la madrugada» y que «no se trabaja con ellos en los módulos en las jornadas matinales, cuando ese es el trabajo esencial para que no ocurran las situaciones actuales».
Según ha dado a conocer el sindicato, se han emitido hasta cinco informes a la Dirección general del Menor y La Familia exponiendo las carencias de seguridad del recinto, que han sido recibidos con aceptación y de los que prometen poner en marcha un nuevo protocolo de actuación una vez entre Tragsatec, la nueva empresa que se va a hacer cargo del Centro.
Aguilera solicita que “se adecúe el centro a las actuales circunstancias y se actúe en consecuencia, que se retire todo material que se pueda utilizar como arma agresora y se imponga una disciplina más férrea acorde con las actuales circunstancias”.
En cuanto a la dotación defensiva de los vigilantes, Aguilera entiende que “ya se han dado circunstancias más que sobradas para plantearse dotar a los vigilantes de chalecos ante pinchazos, guantes anti corte y material anti disturbio”.
Por otro lado, el SIM considera que el complemento que reciben los vigilantes del centro de 98,82 euros brutos “ha quedado obsoleto y no es ya un incentivo”. Este complemento lleva sin subir desde hace 20 años, por lo que el SIM va a proponer al resto de sindicatos que forman el Comité de Empresa que se proponga a Sureste el aumento de dicho complemento hasta los 150 euros brutos mensuales.
«Consideramos justo que a mayor riesgo, mayor incentivo, y el riesgo actual es evidente, además puede haber problemas para cubrir esos puestos que deben tener una preparación específica y que, a partir de ahora, será mirada con lupa», explican.