Desde el Sindicato Médico de Melilla se cuestiona que el área de Salud Pública “parece” haber sucumbido “en la autocomplacencia, en la falta de autocrítica y la en procrastinación”.
Se subraya que Melilla, “que cuenta con una infraestructura sanitaria pobre fruto del olvido del Gobierno central durante décadas”, no puede estar también a la cola de la vacunación en España. Se pide que la Consejería de Economía y Políticas Sociales realice algo de autocrítica, “ponga los medios y actúe para alcanzar el 70% de la vacunación en este verano de 2021 y, sobre todo, no infunda una falsa sensación de normalidad, que para nada ayuda y resulta tan peligroso como el alarmismo arbitrario”.
Según datos del Ministerio de Sanidad, a fecha 5 de marzo sólo el 1.5% de la población melillense está completamente vacunada, «a diferencia del 2,83% de la media española o del 4,3 % de Asturias». «Por un criterio de equidad o de capacidad de respuesta, deberíamos haber alcanzado un mínimo del 10% en el mes de febrero. Las cifras hablan por sí solas», se lee en el comunicado remitido. «Si tenemos los medios más insuficientes de España para luchar asistencialmente contra la pandemia, por mucho que los profesionales sanitarios se hayan batido el cobre, no cabe otra solución que combatirlo con la vacunación. Por un mínimo concepto de equidad y de justicia distributiva, la vacunación en Melilla debería estar a la cabeza de España y la Ciudad Autónoma debería exigirlo o acudir al mercado en último término si su petición no fuese aceptada, ya que tiene capacidad jurídica y económica para ello».
Decisiones «escasamente afortunadas»
Se asevera que su única gestión exitosa durante esta pandemia COVID fue el cierre de puerto y aeropuerto de Melilla al inicio, “una decisión que, sin embargo, fue de la Administración central, no de la Ciudad Autónoma”. A partir de aquí, se apunta, las decisiones tomadas por la Consejería de Economía y Políticas Sociales “han sido escasamente afortunadas, lo que nos ha abocado a la situación que tenemos en la actualidad”.
Se señala que propuestas tan simples como la realización obligatoria de una PCR y cuarentena para todos aquellos que entren en la ciudad, el testado antigénico periódico a profesionales de riesgo o la educación online para colegios e institutos -salvo cursos superiores específicos- “hubieran salvado muchas vidas, evitado mucho sufrimiento y protegido la economía de forma efectiva”.