La directora gerente en funciones del Área Sanitaria de Melilla que fue cesada ayer por el director territorial de Ingesa cursará dos demandas contra Omar Haouari, una por la destitución de su cargo, en el que afirma haberse sentido “ninguneada”, y otra por la propia conducta del representante del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria por si pudiera ser “constitutiva de algún delito”.
Elisa Perlado ha indicado en los micrófonos de COPE Melilla que ayer mantuvo una reunión con sus abogados para poner en conocimiento toda la situación que ha vivido en el desempeño de sus funciones en el que no ha atendido sus reclamos, no ha mantenido ninguna reunión con Haouari o que se le ha “sacado de los encuentros científicos”. Cree que este problema puede estar relacionado con su condición de mujer o por su pareja sentimental que se trata del anterior gerente que, a pesar de que se comunicó que habría dimitido, determina Perlado que fue cesado ante la amenazada de “buscar una imputación” después de que ya hubiese comenzado la huelga de medicina especializada.
Detalla que ya ha realizado hasta dos informes al frente del área, el último de ellos en febrero, en el que se solicitó la llegada de médicos de fuera de Melilla para poder ofertar plazas a los facultativos MIR, no solo para mejorar la calidad asistencial en el Hospital Comarcal, sino para poder realizar la apertura del futuro Hospital Universitario.
Perlado subraya que en esta huelga se está defendiendo la sanidad de la ciudad para que haya más médicos, no solo aumentando el dinero, sino mejorando la formación y la motivación con la implementación de nuevas tecnologías, actualizando conocimiento, enseñando nuevas técnicas y no comprende que exista un parón en la actividad “durante tantísimo tiempo”, siendo “la huelga más larga de la historia”, sin que se consiga alcanzar un acuerdo con los Servicios Centrales de Madrid.
A esta situación se añade que durante esta misma mañana la ya ex directora gerente tenía una cita con una facultativa y el personal de seguridad le ha denegado el paso a las instalaciones porque han señalado “tener una orden para no dejarla entrar”. Posteriormente, ha tenido un desencuentro con el subdirector de
Gestión quien ha alegado que “no podía pasar de ninguna manera”, aunque la médico “se ha mantenido en su sitio” y, finalmente, ha podido ser atendida.