En la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, el senador por Melilla, Fernando Gutiérrez de Otazu, solicitó a la ministra de Defensa, Margarita Robles, que aclarara si la situación en las fronteras de Ceuta y Melilla “es mejor en 2024 que en 2018”.
Durante su intervención, Gutiérrez de Otazu recordó que la Ley de Seguridad Nacional de 2015 establece como prioridad proteger la libertad y el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, destacó que Ceuta y Melilla, como únicas ciudades españolas y europeas con frontera terrestre con Marruecos, “han sufrido un progresivo deterioro de sus condiciones de seguridad, sostenibilidad económica y desarrollo social debido a decisiones unilaterales adoptadas por el vecino país y a la falta de respuesta efectiva por parte del Gobierno de España”.
Entre las principales preocupaciones expuestas, el senador subrayó el cierre unilateral de la aduana comercial de Beni Enzar en 2018, las restricciones impuestas por Marruecos al régimen de viajeros en 2022, la crisis migratoria de 2021, “en la que más de 10.000 personas cruzaron la frontera de Ceuta con la colaboración de fuerzas marroquíes”, y el asalto masivo de 2022 en Melilla, “que dejó un saldo de víctimas mortales y una crisis humanitaria”.
Gutiérrez Díaz de Otazu insistió en que la situación actual demuestra un evidente retroceso con respecto a 2018, y cuestionó las medidas del Gobierno para reforzar las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, mejorar las infraestructuras fronterizas y garantizar la sostenibilidad comercial y social de ambas ciudades autónomas.
El senador también criticó que el Partido Socialista votara recientemente en contra de reclamar a Marruecos la apertura de las aduanas comerciales en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, una decisión que calificó de “incomprensible e inaceptable” para los ciudadanos de Ceuta y Melilla.
Finalmente, Gutiérrez Díaz de Otazu reclamó al Ejecutivo para que actúe con firmeza en defensa de los intereses de Ceuta y Melilla, destacando que estas ciudades requieren un compromiso claro para garantizar su desarrollo y bienestar. “Las relaciones de buena vecindad con Marruecos deben basarse en el respeto mutuo y en la defensa de los derechos de nuestros ciudadanos”, concluyó.