Francisco Rebollo apunta que el último incidente del Centro Penitenciario se caracterizó por la “mala actuación” del jefe de servicio y señala que la salud mental es “el mayor problema” de las prisiones.
Se refiere el director del Centro Penitenciario al altercado que tuvo lugar hace unos días cuando uno de los internos empezó a destrozar el mobiliario del patio del módulo de penados. Una vez en su celda, el jefe de servicio decidió entrar y el preso “le dio una patada en la zona de las costillas”. Destaca la labor de los “grandes profesionales -que supieron reducir la situación-”, lo que hizo que el responsable solo resultase herido de un dedo.
Subraya que “no es la primera vez” que este interno protagoniza un altercado y lo achaca a los problemas de salud mental que padece. Aun así, defiende que hay que “bregar” con estas personas para conseguir que su reinserción en la sociedad se produzca en las “mejores condiciones posibles” y avanza que, en su caso, la condena finaliza el próximo 20 de octubre.
Por otro lado, comenta que el Centro Penitenciario de Melilla es uno de los más seguros del país y cree que se debe a que en los últimos tres años la población se ha reducido en 200 internos.