El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha viajado hasta Melilla para realizar una visita a la Jefatura Superior de Policía Nacional y a la Comandancia de la Guardia Civil, en donde ha dirigido unas palabras a un grupo de agentes de las diferentes unidades y en las que ha destacado que “no están ni estarán solos” en el desarrollo de sus funciones.
Ha comenzado su discurso desarrollando los valores con los que se fundó el cuerpo de la benemérita sustentado en el “sacrificio, neutralidad, lealtad y disciplina”, a los que se unen la “diversidad, profesionalidad o inclusión” con la evolución de la sociedad y la experiencia. Todos ellos, se encuentran bajo el emblema del honor que resalta Grande-Marlaska que, en el caso de los agentes que prestan servicio en Melilla, se convierte “en el vivo ejemplo de entrega, honorabilidad, sacrificio y garantía para todos los españoles”.
Comprende que la ubicación de la ciudad puede hacer pensar que se está “lejos de todo y de todos, física y emocionalmente”, una premisa que, asegura, “no es así de ninguna manera” porque deja claro que “estar en Melilla es estar en España y protegerla supone ser garantes de las fronteras españolas y europeas”. En este sentido ha querido poner en valor el apoyo “sin fisuras” que se realizar, no solo desde el Ministerio del Interior, sino que desde todo el Gobierno del Estado.
Resalta que los agentes destacados en la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla realizan “un servicio crucial con pleno respeto a los derechos humanos”, a pesar de que continuamente se realicen análisis desde “cómodos salones”.
Concluye diciendo que “solo unos pocos conocen la intensidad, la exigencia y la tensión” del servicio diario y, por ello, ha querido expresar su “solidaridad” con todos los agentes que han sufrido “en sus propias carnes los rigores de un trabajo exigente y peligroso”, en especial, al agente que tuvo que ser intervenido de urgencia el pasado mes de junio.