Jucil teme “nuevos y violentos” asaltos masivos a la valla de Melilla “porque no se ha hecho nada para evitarlos”. Ernesto Vilariño es el secretario general de la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (Jucil). Critica la “dejadez y el incumplimiento” del ministro del Interior al comprometerse a realizar unos cambios “en los 12 kilómetros de la frontera más comprometida con Marruecos que siguen defendidos por una veintena de guardias civiles de posibles tsunamis de inmigrantes”.
Apunta que “nada ha cambiado” un año después de la tragedia que acabó con la vida de decenas de inmigrantes al otro lado de la valla. Indica que “apenas” se ha aportado nuevo material antidisturbios, que continúa el déficit del personal y que los guardias civiles cuentan con un centenar de cascos “que los compañeros comparten en los sucesivos turnos de vigilancia”, que la vigilancia de la frontera recae por turno en una media de entre ocho y diez agentes del Servicio de Seguridad Ciudadana “junto a una docena de miembros del ARS de antidisturbios para cubrir 12 kilómetros de vallado y el control de accesos a través del paso fronterizo”.
Añade que los agujeros en el vallado se reparan simplemente con unos alambres “y poco más”. Con relación a los detectores de movimiento, asevera que en su mayoría no funcionan “por falta de mantenimiento”.
Jucil afirma que hay al menos 1.800 inmigrantes subsaharianos en el monte Gurugú, “por lo que en cualquier momento puede registrarse una nueva avalancha humana como la que el 24 de junio del año pasado finalizó con numerosos fallecidos”.