La Asociación Guelaya Ecologistas en Acción mantendrá la próxima semana una reunión con el Seprona de la Guardia Civil para que se inicie una investigación de oficio sobre los numerosos incendios supuestamente intencionados que se han registrado en los dos últimos meses en el cuartel del Santiago que han provocado que se haya prendido fuego a más de una treintena de árboles.
Manolo Tapia afirma en COPE Melilla que es un tema que se lleva conjuntamente con Movimiento en Defensa del Arbolado al comprobar que en las últimas semanas ha aumento el número de intervenciones que realizan los Bomberos en este espacio con fuegos que se originan únicamente en los árboles donde se sospecha que pueda existir “una intencionalidad” porque se trata de “una zona atractiva desde el punto de vista de la construcción”.
Por este motivo, la asociación ecologista ha iniciado los contactos con el Seprona para mantener una reunión, que tendrá lugar la próxima semana, con el fin de “ponerles en situación” de todo lo que está ocurriendo y favorecer que se inicie una investigación sobre estos sucesos. Asimismo, se ha querido exponer públicamente el tema para que Medio Ambiente tome consciencia y “cumpla con su cometido”.
Expone Tapia una situación que ha llamado poderosamente la atención porque hace unos días apareció un gran ficus de la zona exterior con “un montón de palés apilados a un lado” correspondiendo con el mismo “modus operandi” que se ha empleado en el resto de los incendios en los que se sospecha que hayan sido provocados.
Aclara que salvo en el caso de un pino de gran tamaño que se ha incendiado en su totalidad, en el resto del arbolado que se ha prendido fuego aún cabe la posibilidad de conservarla y recuperarla y, por este motivo, Guelaya y Movimiento en Defensa del Arbolado han fotografiado todos los ejemplares para que en un futuro no se talen alegando que estén dañados.
En total son más de una treintena de árboles afectados por estos presuntos incendios intencionados, la mayoría cipreses y palmeras canarias de gran tamaño, además de dos pinos centenarios. Se trata de una arboleda que, determina Tapia, “está en el punto de mira” y el deber de la Ciudad Autónoma, y más concretamente de la Consejería de Medio Ambiente, es protegerla porque son “ejemplares centenarios” de los que, apunta, “ni si quiera se tenía constancia de que existieran” tal y como se manifestó en una reunión mantenida con los técnicos del área de Infraestructura y Urbanismo.
Para Tapia estos hechos deberían investigarse porque existen informes periciales del Servicio de Extinción de Incendios donde se apunta a esta sospecha y, ya sean intereses urbanísticos o un supuesto pirómano que ha surgido en Melilla, corresponde a una situación que debe ser objeto de un estudio para que se le ponga fin.