La Guardia Civil recuerda la prohibición de usar ciertos medios ilegales para la captura de aves de la familia de los fringílidos, entre los que se encuentran el jilguero, verderón, camacho o chamarí, muy comunes en Melilla.
Uno de los procedimientos ilegales más utilizados por personas dedicadas a este tipo de capturas es el conocido como “la liga o pegamento”, que consiste en utilizar unas varillas que se impregnan de pegamento y se depositan en las ramas de árboles o arbustos, donde se ubica a un “pájaro reclamo enjaulado” que, con su canto, atrae a otros de su especie en libertad.
Los pájaros en libertad, atraídos por el canto del reclamo, se posan sobre las varillas y quedan atrapados por el pegamento, sufriendo de esta forma el animal estrés, daño y lesiones, aun cuando el conocido como “silvestrista o pajarero” trate de liberarlo de esa trampa.
La Ley 42/2007 de 13 de diciembre del patrimonio natural y de la biodiversidad prohíbe, salvo autorización expresa, las capturas, persecución injustificada de fauna silvestre y corte de especies de flora.
Este tipo de procedimiento ilegal o prohibido de caza ha estado arraigado en algunas comarcas de nuestro país -entre ellas Melilla- y ese arraigo y costumbre conllevó a una moratoria mediante una directiva comunitaria con objeto de aplicar primero la concienciación y protección del medio ambiente, su fauna y flora y, a partir de ahí, erradicar su práctica. Por lo que desde mayo de 2018 está prohibida este tipo de actividad.
Su uso ilegal conlleva la intervención de los medios utilizados y la propuesta de sanción como presuntos infractores que puede conllevar multas que se imponen por las autoridades competentes atendiendo a los criterios de la magnitud del riesgo de la conducta infractora o los daños ocasionados, entre otros.