Agentes de la Policía Local tuvieron que intervenir días atrás en una vivienda de la calle Díaz Otero tras ser requeridos por una mujer que alertaba que su hija había ingerido lejía y medicamentos y que estaba encerrada en el cuarto de baño con un cuchillo, “amenazando con autolesionarse si intentaba entrar”.
El agente mediador consiguió convencer a la joven para que le dejase acceder al cuarto de baño, “apoderándose en esos instantes y de forma disimulada del cuchillo que estaba sobre el lavabo”.
Tras entablar una conversación con la joven, ella le dio a conocer sus problemas “y su deseo de continuar con dicha conducta”, momento en que se procedió a activar al Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias (GIPEC). Pero empezó a encontrarse mareada y con un fuerte dolor en el vientre por la ingesta de lejía, por lo que el oficial logró entonces sacarla del baño.
Posteriormente, el 061 se hizo cargo de ella y de su traslado a Urgencias del Hospital Comarcal, donde fue asistida y quedó ingresada.