Desde el Sindicato Médico de Melilla (SMM) se califica de “éxito total” el respaldo ciudadano logrado esta tarde en la concentración convocada en la céntrica Plaza Menéndez Pelayo por una sanidad pública “digna”. Elisabet García Cortacero ha sido la encargada de dar lectura a un manifiesto en el que se deja claro que “esta huelga no va de médicos”, sino de personas, “de ciudadanos que quieren tener los mismos deberes y derechos que el resto de españoles”, una huelga “que va de justicia y de calidad, no de cantidad”. Se reclama un sistema sanitario “con los mismos servicios que tienen andaluces, gallegos o extremeños” y se subraya que para lograr ese objetivo “falta muchísimo”.
Han pasado tres meses desde que los médicos de Melilla alzaron la voz, desde que dijeron basta, pero hasta ahora tan sólo ha habido silencio como respuesta por parte del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa). De hecho, se indica que nada ha mejorado y que, incluso, la situación hoy es peor con respecto a cuando comenzó la huelga, “cuando se pedían más médicos, pero la plantilla es aún más corta”.
El manifiesto leído por la médico internista del Hospital Comarcal hace hincapié en que estamos perdiendo servicios básicos porque las condiciones laborales que ofrece Ingesa en Melilla no sirven para atraer médicos, en que se han perdido especialidades y que una ciudad con más de 86.000 habitantes “no es normal que haya un sólo oncólogo, dos digestivos o dos urólogos”. Incide en que “muchos de nuestros compañeros están desbordados. No pueden normalizar sus descansos porque no hay personal suficiente para cubrir algunas especialidades o para hacer guardias. En Atención Primaria ocurre lo mismo, al igual que en Servicio de Emergencias 061 y este problema irá en aumento porque nuestra plantilla médica está envejecida, con compañeros reenganchados pasada su edad de jubilación y otros a punto de retirarse. Si no hay recambio, la atención sanitaria en Melilla colapsará”.
Preguntándose “quién va a atender a los pacientes en el nuevo hospital y de qué sirven inversiones millonarias en maquinaria si no habrá médicos para hacerlas funcionar”, se señala que tanto el Ingesa como el Ministerio de Sanidad “tienen que ser coherentes”, parar los ceses “injustos e injustificados” y tomar medidas “reales e inmediatas”. Y todo con el objetivo de reclamar una sanidad pública de calidad, “porque no es momento de callarse”, sino de reivindicar justicia y respeto para los pacientes y para la profesión médica, para recalcar que “los melillenses no somos ciudadanos de segunda”.