El jubileo es un tiempo de gracia destinado a promover la santidad de vida. Ha sido instituido para consolidar la fe, favorecer las obras de solidaridad y la comunión fraterna en el seno de la Iglesia y en la sociedad; en definitiva, una oportunidad para recordar y remover a una profesión de fe más sincera y más coherente en Cristo Salvador.
Entre los antiguos judíos, el jubileo era un año declarado santo, que prescribía que la tierra, de la que Dios era el único propietario, debía volver a su antiguo dueño y los esclavos debían recuperar su libertad. Solía suceder cada 50 años.
Pablo lI redujo el periodo interjubilar en 1470, y desde entonces, los jubileos ordinarios de la Iglesia se celebran cada 25 años.
¿A qué llama el Jubileo?
Claves del Jubileo: el peregrinaje, la oración, el perdón…
Peregrinar es hacer un camino exterior que expresa el camino interior que renueva la vida según el proyecto de Dios.
La peregrinación de los cristianos debe estar impregnada por la dinámica de la oración, tanto personal como comunitaria.
Potenciar la celebración del sacramento del perdón lleva a descubrir que este nace de la comprensión, de la gratuidad, de la compasión, de la paciencia y de la ternura de Dios.
Este Año Santo viene marcado por la virtud de la esperanza. Por eso se invita a ser signo de ella y a realizar signos de misericordia y conversión.
No solo están llamados a atravesar la puerta santa de los templos jubilares, sino también aquellas que, en la sociedad y en la vida, son umbral de espacios necesitados de esperanza.
¿Cómo ganar el Jubileo?
Para este Jubileo 2025, además de la basílica de San Pedro y otras basilicas de Roma, la diócesis ofrece, hasta el 28 de diciembre de 2025, la oportunidad de ganar el Jubileo en:
• La Catedral, sede o cátedra del Obispo diocesano, que representa a toda la Diócesis nuestra y es el templo-madre de todos los demás.
• El Obispo ha designado también templos jubilares la capilla de la Casa del Sagrado Corazón de Malaga (Cotolengo) y la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Melilla).
Requisitos
Peregrinar a un templo jubilar, recibir el sacramento de la penitencia (en los días cercanos a la peregrinación), celebrar la Eucaristía y comulgar, orar por las intenciones del Sumo Pontifice y realizar un gesto de caridad.