Más de mil melillenses diabéticos disponen de sensores de glucosa flash, una tecnología que permite la monitorización continua de los niveles de glucemia.
Estos dispositivos parten de la iniciativa que hace un año anunció el director territorial del INGESA en Melilla, Omar Haouari, quien presentaba esta medida como “una solución integral para mejorar la calidad de vida de estos grupos vulnerables para todos los pacientes diabéticos insulinodependientes y para mujeres con diabetes estacional. Así pues, INGESA celebra que “un año después, se puede afirmar que esta promesa se ha convertido en una realidad tangible”.
El coste de la iniciativa ha supuesto un millón trescientos mil euros en un año.
Asimismo, la institución advierte del desarrollo significativo en la atención de estos pacientes diabéticos tipo II en la Atención Primaria de la ciudad y ratifica que “Melilla se ha convertido en pionera al incorporar educadores en diabetes en cada uno de sus centros de salud”.
El organismo subraya que “estos educadores se van a ver reforzados en este mes con la inversión de 12.000 euros en kits diagnósticos por la implementación de un sistema autónomo de medición y pruebas en los cuatro centros de salud de Melilla” y apostilla que esto es un “salto cualitativo con esta herramienta”. Este sistema permite a los usuarios realizar lecturas e interpretaciones de glucemia de manera más accesible y sencilla, lo que refuerza la autonomía del paciente en su tratamiento y seguimiento.
Además, tras el análisis de la temática planteada en la última reunión del INGESA con los representantes de la Asociación de Diabéticos de Melilla (ADIMEL), aseguran que “se desarrollarán nuevas acciones para continuar en la mejora de la calidad de vida de las personas diabéticas, tanto a nivel de Atención Primaria como Especializada, sobre todo en la formación y búsqueda de más efectivos cualificados, así como mantener la tendencia de apostar por las nuevas tecnologías y tratamientos”.