Melilla registra 317 denuncias de violencia de género en el año 2023, un 14,4% más que en 2022 la mayoría de ellas relacionadas con el quebrantamiento de órdenes de protección. Un 63% de las víctimas tenía hijos a cargo y un 76% era de nacionalidad española.
Laura Segura insiste en la importancia de abordar todas las violencias machistas “más allá de las ejercidas en el ámbito de las parejas y exparejas”, como la explotación sexual, la prostitución o el matrimonio forzoso con mujeres en situación de vulnerabilidad. El objetivo es “mejorar la coordinación y la respuesta institucional acercando los recursos de protección” y fomentando la sensibilización y la formación especializada.
Destaca la jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer dependiente de la Delegación del Gobierno que las llamadas al 016 se han situado en 131 durante este pasado año, de ellas, 103 las ha realizado la propia usuaria, 23 familiares, tres efectuadas por otras personas y dos que no constan. Supone un descenso de un 16% respecto a las registradas durante el año anterior.
En el servicio de Atención y Protección Telefónica (Atempro) se encuentran 193 casos dados de alta, de los cuales 19 seguían activos a fecha de 31 de diciembre. Según los datos de el web del Ministerio del Interior, en VioGen continúan 225 casos activos, 112 con riesgo no apreciado, 90 de riesgo bajo, 23 medio y ninguno de riesgo alto o extremo.
A lo largo de 2023 han cumplido condena en el Centro Penitenciario 12 personas por este tipo de denuncias, una más que en el año anterior. Los dos recursos de acogida de Cruz Roja han atendido a 60 usuarios y el piso de acogida de Mujeres en Igualdad a 31, tanto víctimas, como menores a cargo.
Segura se congratula de que el año se haya cerrado sin ninguna víctima mortal de la violencia machista en Melilla, aunque lamenta que, a nivel nacional, 58 mujeres han sido asesinadas, dejando a 57 hijos huérfanos y dos víctimas mortales menores de edad.
Recuerda que la mayor parte de las situaciones no se denuncian, que cada día se hace más necesaria la detección de la violencia machista en todos los ámbitos, reforzando la confianza en el sistema y “contrarrestando el discurso negacionista que pone en riesgo la vida de las mujeres”.