Juan José Imbroda reconoce que el Gobierno de la Ciudad está “ocupado y preocupado” por el nuevo contrato marítimo. No está de acuerdo con el pliego de condiciones y, sobre todo, no está de acuerdo con unos precios “abusivos y desorbitados que van a lastrar el desarrollo turístico”.
Determina que el Ejecutivo central “no lo ha hecho bien” y defiende que para fomentar el turismo se necesita “precio, servicio y calidad”. No entiende que en los meses de verano se determinen “tarifas libres, sin tope y al albur del mercado”. Pendiente de mantener una reunión con Baleária “para buscar una solución”, asume que el Gobierno central “va por un lado, sus representantes en Melilla por otro a golpe de argumentario y la realidad por otro muy distinto”. Dice que “la realidad melillense” constata que ese contrato marítimo “no puede ser tal y como está contemplado”. “Nosotros hacemos lo que podemos dentro de nuestros presupuestos y nuestras competencias, pero la batalla la vamos a seguir dando. Aunque no tengamos el apoyo del Gobierno central sacaremos fuerzas de donde no las haya para que el turismo sea realmente un eje importante para la ciudad”, incide.
En todo caso, se reafirma en que el objetivo es alcanzar los 500.000 turistas, “que hay que ir a por ellos”, una cifra que a Melilla “le daría muchísima fuerza económica”. Y para conseguirlo, lo más importante son billetes baratos y mantener los bonos turísticos, “que han dado un éxito extraordinario”.