Juan Carlos García reconoce que, durante esta semana, en la que Melilla ha permanecido con los avisos de nivel amarillo activados por los fuertes vientos de poniente y con rachas que han alcanzado los 80 kilómetros por hora, el trabajo en el Parque de Bomberos ha sido “más apretado” de lo normal.
Explica que la mayoría de las incidencias han estado relacionadas con caídas de antenas, toldos, ramas de árboles, palmeras o cascotes en edificios antiguos. Afirma que han existido días en los que el turno ha tenido que realizar hasta 30 o 40 intervenciones, algunas de mayor envergadura en las que se ha han tenido que apuntalar viviendas.