La Fundación CERMI Mujeres reafirma su compromiso para la construcción de un mundo donde las mujeres con discapacidad sean reconocidas como “lideresas y agentes de cambio, libres de discriminación, violencia y exclusión”.
En el manifiesto que se ha realizado con motivo del 8M bajo el lema ‘El futuro que queremos’ se destaca que son más de dos millones y medio las mujeres con discapacidad y que urge diseñar una hoja de ruta para que la situación de exclusión social y discriminación “múltiple e interseccional” cese, porque son víctimas de “varias formas de opresión”.
Se señala que, debido al imaginario social, se encuentran “dificultades añadidas a la hora de acceder a servicios de apoyo y protección” por la inexistencia de recursos accesibles y apropiados a sus necesidades. Una situación a la que se añade que la representación de las mujeres con discapacidad en espacios políticos y sociales “es muy limitada”, por todo ello, apunta que es fundamental que se realiza una inclusión activa.
Se exige la total erradicación de la violencia contra las mujeres con discapacidad, un sistema de justicia accesible y sensible a sus necesidades, el empoderamiento económico a través de la implementación de políticas que promuevan la igualdad de oportunidades, acceso a servicios de salud integral, una representación equitativa y la remoción de las barretas físicas, comunicativas y actitudinales.