El consejero de Medio Ambiente, Daniel Ventura, ha salido al paso de las últimas declaraciones de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que ha señalado que “la ejecución de la nueva línea eléctrica de la desaladora de agua de mar de Melilla se retrasa por un cambio de trazado solicitado por la propia Ciudad Autónoma”.
En este sentido, el popular reconoce que la Consejería de Fomento pidió un cambio en el trazado y la modificación del encargo que se había hecho a Tragsa. No obstante, “no es menos cierto”, apunta Ventura, que, en lugar de modificar el encargo, algo que era lo más rápido, la Confederación lo anuló y decidió realizar uno nuevo, de ahí el retraso que se ha registrado.
El consejero de Medio Ambiente le recuerda también a la Confederación que esto ocurrió meses antes de la entrada del actual Gobierno de la Ciudad y no se olvida del hecho de que el compromiso era que la planta estuviera funcionando al completo en diciembre de 2023, dando 32.000 metros cúbicos de agua al día. Con modificado o con nuevo encargo, prosigue el popular, la mencionada línea debería estar ya finalizada.
El consejero de Medio Ambiente también ha aludido nuevamente al estado en el que se entregó la planta con numerosas deficiencias que ascenderían a entre 5 y 6 millones de euros para el correcto funcionamiento de la planta.
Ventura insiste en que en la próxima reunión que se celebre, prevista para septiembre, le gustaría tener una respuesta definitiva de las acciones que se llevarán a cabo por parte de la Confederación y del Ministerio para solucionarlas.