Miguel Marín asegura que la decisión de Trasmediterránea de no operar a partir del año que viene la línea Melilla-Málaga “no es buena” para los melillenses y culpa a la delegada del Gobierno y al anterior responsable de la Autoridad Portuaria por permitir cambios en los horarios.
Marín incide en que tanto Víctor Gamero como Sabrina Moh debieron “impedir” que se perjudicase el interés de los melillenses.