El salón de actos de la UNED ha acogido esta mañana la primera jornada de ‘Salud mental e infancia migrante y refugiada’, una iniciativa organizada por UNICEF en colaboración con la Consejería de Políticas Sociales y Salud Pública y cuyo objetivo es formar a profesionales de distintos ámbitos para que afronten conjuntamente los “desafíos” a los que se enfrentan los menores que acceden a la ciudad.
Concretamente, se ha abordado la situación actual de los agentes implicados en la salud mental de los niños y adolescentes migrantes y se han puesto sobre la mesa una serie de pautas para velar por su bienestar. También se ha hablado sobre los retos relacionados con la prevención y atención psicológica de los menores refugiados.
Según la delegada del Gobierno, se trata de un tema “muy sensible” que debe ser afrontado “de manera integral”, de ahí la importancia de estas jornadas. Defiende la necesidad de “sensibilizar” a la sociedad y a las instituciones sobre esta realidad que viven muchos niños para, “entre todos”, dar respuesta a los problemas que puedan surgir.
Por su parte, la consejera de Políticas Sociales y Salud Pública explica que se ha creado un “equipo de coordinación intersectorial” para diseñar una línea de actuación de cara a los “momentos más importantes de la vida de un menor”. Señala que la prevención es fundamental para “asegurar” su bienestar emocional, porque la “soledad” suele ser la sensación más frecuente una vez empiezan de “cero”.
Por otro lado, señala que uno de los objetivos del área que dirige es mejorar el estado de los centros que acogen a menores no acompañados. En este sentido, subraya el “deterioro y mantenimiento nulo” que se encontró el Ejecutivo de Juan José Imbroda cuando llegó en julio.